Príncipe de todos mis palacios:
si me pudiera dar a elegir, cómo y dónde yo quisiera morir, contestaría acostada, feliz de estar a tu lado, víctima de un sexo exagerado, sonriendo, mirando el techo, con mi cabeza en tu pecho. Sabes… me cuesta hacer este viaje, no es que no tenga esperanza, yo confío mucho en tu enseñanza, vos confía en mi aprendizaje. Y si para nuestro amor no encuentro un buen adjetivo es porque te amo mucho, mucho más del “te amo” que te digo. Entre el alcohol y algo más, quedé moribunda, cansada ya de soñar. Hoy puedo hacer la canción más hermosa del mundo y besarte al despertar. Tengo un amigo en España, que es canta-autor, no me conoce pero nos llevamos bien; hizo una canción, se llama “Y sin embargo”, de esa canción yo ya no me puedo hacer cargo, porque habla de ser infiel, aún amando con locura, lamento decir esto pero por fin, se equivocó Joaquín. Yo controlaba este juego, al principio era la dueña, firmaba cualquier papel, hoy sos el protagonista de todos mis sueños, soy esclava de tu piel
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