Querido diario: Dije que no tenía dueño, lo escribí para ser más realista. Tus ojos pasaron por encima de esas palabras y aún no sé que piensan acerca de aquello. Pude notar cierta rareza en tu expresión, pero nada más. Poca expresión a decir verdad, pero no por eso, menos insignificante ni pensado.
Mentí. Para ser verdad, mentí en aquel comentario porque en realidad, mi dueño sos vos. Si, estábamos hablando del amor en cuanto comenté aquello. Y lo dije, porque como hacen los amigos: comentamos pelotudeces para reírnos un rato, para cargarnos y pasarla bien. Pero en realidad, vos, yo y algunos más saben que nos pertenecemos y que hace bastante lo es así. No ser novios, no significa que estar así como estamos, no seamos nuestros. Mi corazón te pertenece, y me contento por ello. Lo puse en tus manos y no quiero robártelo, me gusta contemplarlo así: bien cuidadito. Creo que eso enmarca la situación que relata que soy tuya con mi mayor convicción. Soy tuya porque así lo deseo y así lo dispuso el destino, tu forma de amarme y nuestro largo camino juntos. Soy tuya, sos mío, porque así lo queremos. Sos mío, soy tuya porque así nos amamos, uno al otro, el otro al uno y así somos dos en uno. Un solo corazón, con dos almas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario