Querido diario: He de escribirte para comentarte como van mis días desde que comprendí todo lo que tenía por delante. Ya no desaprovecho la vida como solía hacerlo, ya no pierdo el tiempo con personas que no lo merecen, sino que lo aprovecho con aquellas que necesitan mi cuidado y protección. He aprendido a vivir el día, a sentirlo como si nada pudiera frenarme. Aprendí que la noche puede hacernos sentir más abrigados que los rayos del sol, tan solo por tener su compañía. Descubrí un mundo nuevo cuando conocí su voz, cuando pude comprender que su corazón me correspondía. Pude notar en sus ojos un destello de alegría, una notable cicatriz en mi cuerpo me dio a entender que de chica era fuerte, por lo que en este momento debo serlo también. Quizás tomo la vida muy liberalmente, pero creo que si no se siente el día, no se siente lo que sentimos en realidad. Querido diario, recuérdame en mis años por venir lo feliz que soy en estos días de mi adolescencia, que mi sonrisa es plena a pesar de que el día se encuentra nublado. Recuérdame cómo solía divertirme junto a mis amigos, mi familia y mi gran amor. Hazme el favor de tatuar en mi memoria, todos estos gratificantes momentos, que por pequeños que sean, inolvidable e inigualables son.
Con todo el cariño que te tengo, una vez más, tu amiga J.
No hay comentarios:
Publicar un comentario