Querido diario: No duró mucho tu celosía, mucho menos tu ansiedad. No defendiste todo hasta morir, ni tampoco te jugaste la última ficha por millones más. No arriesgaste tu pudor, simplemente te sumaste a una banda de rock, para seguir con la moda de esta enorme ciudad. No pusiste en práctica tus agallas ni mucho menos el pellejo. Tienes miedo. No cantes victoria antes de tiempo, ni asegures mi presencia en tu futuro. No prometo abandonarte porque ya no prometo cosas que no sé si pueden ser cumplidas, quiero decir, las ganas pueden estar, pero no todo depende de mí. Sabes… Me la jugaba por vos hasta que tiraste la toalla (una vez más, cabe aclarar). No todo depende de mí, yo no puedo obligarte a estar conmigo, mucho menos a sentir algo por mí. Ni siquiera pasa por mi mente atarte a mis muñecas y nunca más dejarte ir. Te gana la afición de ser alguien para el mundo, en vez de ser alguien para un reducido número de personas. ¿Cuál es la diferencia? La marca que dejas al mundo, es una marca espontánea, nada que en el futuro se pueda recordar, todas las mentes lo van a tener como un recuerdo vago de aquel pirata que se supo levantar a un par de gatas. Nada más. ¿El recuerdo en pocas almas? Nunca van a olvidar un detalle, una sonrisa, un abrazo. Porque es así cuando se entrega todo a alguien, cuando se apuestan todas las fichas a un solo número, en vez de repartirlas en todo el cartón. No te juzgo ni te reprocho, nada de eso. Simplemente tengo miedo de que mi miedo a esperarte sea una verdad en tu miedo de perderme. ¡Qué juego de palabras! Pero a fin de cuentas, ¿no es eso lo que más temes? Siempre lo das a conocer, pude jurar que tenías miedo al procurar nuestra separación y apuesto que no sabes cómo me he dado cuenta. Bueno, he de conocerte más de lo que piensas. No cualquiera titubea, da vueltas al asunto si es que realmente lo tiene decidido, quiero decir… Como otras tantas veces que nos hemos peleados, las cosas salían a la luz de forma directa, concreta y concisa. Pero acá… Acá es diferente. Acá faltó valor para jugársela por ese mínimo, por ese que si gana, se gana un buen premio. O por lo menos, lo es a mi criterio. Tu frenesí, tu libertad, no va más allá de un par de versos payados al viento que se pierden entre las coplas de los árboles. ¿La mía? Simplemente vaga entre mi corazón y el tuyo, porque a pesar de que te distancies, nunca se van a separar.
With love, J
No hay comentarios:
Publicar un comentario