Puedo
decirte qué se siente, pero lo más probable es que sintamos diferentes. Puedo
abrazarte y decirte “todo va a estar bien”, sin siquiera saber si esto es
cierto. Puedo decir que lo entiendo, pero aún a pesar de que eso sea verdad, tú
vas a sentir que nadie puede comprenderte. Puedo mirarte con una mirada de
consuelo y una sonrisa ladeada, para que sientas que estoy ahí contigo, para lo
que sea que necesites: allí estoy yo.
Quisiera abrazarte y de una u otra manera, que al tus brazos rodear mi cuerpo, tu alma se descargue, pueda desaprisionarse y liberarse un poco, aunque tan sólo por un momento. Quisiera saber que vas a estar bien. Después de todo, es ley de vida. Quisiera saber si el dolor de ver partir a nuestros antecesores, es menor al de ellos ver partir a sus sucesores. Dicen que duele más cuando no es la “ley de vida”, pero acaso, ¿alguien ha pasado por ambos hechos y puede demostrar que se siente de tal manera?
Sin más, sin irnos de tema, un abrazo es todo lo que puedo ofrecer; un par de palabras y hasta si quieres, un café. Pero no más, aunque ni siquiera crea que es suficiente, creo es justo lo proporcional a nuestra relación, y de todas formas, el abrazo no debería ser incluido. ¿Entonces por qué deseo agregarlo a la lista de cosas para ti? Es que, de alguna manera, siento que es el tipo de momento en el que me arriesgaría, en el que dejaría mi timidez de lado, y correría a abrazarte, cambiar tu rostro a una leve sonrisa, sin siquiera mostrar los dientes, para saber que algo cambió en ti, tan sólo por unos segundos.
Es fácil, sencillo. Muy complicado de entender, por eso no quiero que lo entiendas, ni tampoco pretendas entenderme a mí. Si ni siquiera sé yo, si ya “te quiero” o qué, ¿cómo dejar que te preguntes eso? No te lo preguntes, no te carcomas la cabeza. Simplemente imagina aquello que anhelas, puede que hasta algún día, sin pensarlo, dejes de imaginarlo y esté justo ahí, a tu lado. Eso mismo es lo que hago yo.
Quisiera abrazarte y de una u otra manera, que al tus brazos rodear mi cuerpo, tu alma se descargue, pueda desaprisionarse y liberarse un poco, aunque tan sólo por un momento. Quisiera saber que vas a estar bien. Después de todo, es ley de vida. Quisiera saber si el dolor de ver partir a nuestros antecesores, es menor al de ellos ver partir a sus sucesores. Dicen que duele más cuando no es la “ley de vida”, pero acaso, ¿alguien ha pasado por ambos hechos y puede demostrar que se siente de tal manera?
Sin más, sin irnos de tema, un abrazo es todo lo que puedo ofrecer; un par de palabras y hasta si quieres, un café. Pero no más, aunque ni siquiera crea que es suficiente, creo es justo lo proporcional a nuestra relación, y de todas formas, el abrazo no debería ser incluido. ¿Entonces por qué deseo agregarlo a la lista de cosas para ti? Es que, de alguna manera, siento que es el tipo de momento en el que me arriesgaría, en el que dejaría mi timidez de lado, y correría a abrazarte, cambiar tu rostro a una leve sonrisa, sin siquiera mostrar los dientes, para saber que algo cambió en ti, tan sólo por unos segundos.
Es fácil, sencillo. Muy complicado de entender, por eso no quiero que lo entiendas, ni tampoco pretendas entenderme a mí. Si ni siquiera sé yo, si ya “te quiero” o qué, ¿cómo dejar que te preguntes eso? No te lo preguntes, no te carcomas la cabeza. Simplemente imagina aquello que anhelas, puede que hasta algún día, sin pensarlo, dejes de imaginarlo y esté justo ahí, a tu lado. Eso mismo es lo que hago yo.
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