Están
quienes dicen que el amor nos hace sufrir, que por más que nos presente
situaciones felices, en su gran mayoría, las situaciones negativas las superan.
Si, el amor suele hacernos derramar lágrimas, pero es a causa de haber perdido
algo tan hermoso como lo que antes teníamos, o por el simple hecho de anhelar
algo con tantas fuerzas, al saber que eso que deseas es algo maravillosamente
sensacional.
Yo pienso que el amor, cuando te hace sonreír es lo más bello que se puede ver, sentir. No hay risa mejor, que la que sale al pensar que segundos antes, tu rostro esbozaba una sonrisa, y esa sonrisa, llevaba nombre y apellido. Nada más bello que pensar en esa persona y sentir mariposas, nudos en el estómago. Nada más que esperar una simple ocasión para poder saludarla, así sea como amigos. El amor no necesariamente ocurre cuando dos personas enamoradas se encuentran a mitad de camino. El amor existe en todas partes. Simplemente, que no siempre nos percatamos de ello. El amor puede ser no correspondido y aun así, ser más fuerte que el de una joven pareja de enamorados que recorre la plaza diariamente.
Sonreír al ver una persona reírse, enamorarse cada día un poco más, perdiendo la cuenta de cuántas veces te dormiste pensando en su mirada. Enamorarse más de lo pensado, algo que no estaba entre los planes.
Es verdad cuando dicen que el amor llega cuando menos lo esperas. Cuando menos piensas que puede llegar alguien a tu vida para hacerte sonreír al tan solo ver que la otra persona te mira de una manera especial. Así, así me siento yo…
El amor es el mago más especializado en trucos de ilusiones, es aquel que mete un sueño en tu mente. El amor es como el sueño de un niño: todo quieres creerlo, y al creerlo, crees que puedes lograrlo. Eso es lo que hace fuerte al amor. El estar dispuesto a hacer cosas por el otro, para tan sólo verlo sonreír. Es maravilloso lo que el amor causa en las personas. Las cambia. Las cambia, a veces para bien, a veces para mal. Al fin y al cabo el amor, es un juego en el que dos personas se proponen ganar, a su manera y con sus propios objetivos, a veces involucrando una victoria para ambos, un empate o una victoria individual. Lo que sea, el amor logra puntos altos de felicidad en las personas, haciendo que se convierta en un mundo utópico, que se anhele a lo largo de la vida. La felicidad no es un lugar al que debemos llegar, es un camino, un modo de vida que hay que ir construyendo día a día.
Sonreír al despertar de un sueño en el que aparecía esa persona. Sonreír ante la inevitable situación de imaginar una conversación, que quizás nunca, jamás se lleve a cabo. Loco, ¿no?
De alguna manera, el amor te hace sentir feliz, siendo o no correspondido. Porque se puede sufrir al no tener a la persona que quieres a tu lado, o porque no puedes llegar a conocer a quien quieres, pero el imaginar una situación junta a esa persona, es una sensación maravillosa.
Y aunque a veces, cuando lo miro, pienso lo mismo, por otros momentos lo puedo negar. “No estaba en mis planes enamorarme más de lo pensado”. Pero, aunque quizás nunca tenga oportunidades de demostrar lo que siento, mirarlo y sentirme de la manera en que lo hago, es algo que pocos desearían no cambiar. Bueno... Enamorarme no era lo que esperaba, pero si pasó, ¿para qué evadirlo?
Yo pienso que el amor, cuando te hace sonreír es lo más bello que se puede ver, sentir. No hay risa mejor, que la que sale al pensar que segundos antes, tu rostro esbozaba una sonrisa, y esa sonrisa, llevaba nombre y apellido. Nada más bello que pensar en esa persona y sentir mariposas, nudos en el estómago. Nada más que esperar una simple ocasión para poder saludarla, así sea como amigos. El amor no necesariamente ocurre cuando dos personas enamoradas se encuentran a mitad de camino. El amor existe en todas partes. Simplemente, que no siempre nos percatamos de ello. El amor puede ser no correspondido y aun así, ser más fuerte que el de una joven pareja de enamorados que recorre la plaza diariamente.
Sonreír al ver una persona reírse, enamorarse cada día un poco más, perdiendo la cuenta de cuántas veces te dormiste pensando en su mirada. Enamorarse más de lo pensado, algo que no estaba entre los planes.
Es verdad cuando dicen que el amor llega cuando menos lo esperas. Cuando menos piensas que puede llegar alguien a tu vida para hacerte sonreír al tan solo ver que la otra persona te mira de una manera especial. Así, así me siento yo…
El amor es el mago más especializado en trucos de ilusiones, es aquel que mete un sueño en tu mente. El amor es como el sueño de un niño: todo quieres creerlo, y al creerlo, crees que puedes lograrlo. Eso es lo que hace fuerte al amor. El estar dispuesto a hacer cosas por el otro, para tan sólo verlo sonreír. Es maravilloso lo que el amor causa en las personas. Las cambia. Las cambia, a veces para bien, a veces para mal. Al fin y al cabo el amor, es un juego en el que dos personas se proponen ganar, a su manera y con sus propios objetivos, a veces involucrando una victoria para ambos, un empate o una victoria individual. Lo que sea, el amor logra puntos altos de felicidad en las personas, haciendo que se convierta en un mundo utópico, que se anhele a lo largo de la vida. La felicidad no es un lugar al que debemos llegar, es un camino, un modo de vida que hay que ir construyendo día a día.
Sonreír al despertar de un sueño en el que aparecía esa persona. Sonreír ante la inevitable situación de imaginar una conversación, que quizás nunca, jamás se lleve a cabo. Loco, ¿no?
De alguna manera, el amor te hace sentir feliz, siendo o no correspondido. Porque se puede sufrir al no tener a la persona que quieres a tu lado, o porque no puedes llegar a conocer a quien quieres, pero el imaginar una situación junta a esa persona, es una sensación maravillosa.
Y aunque a veces, cuando lo miro, pienso lo mismo, por otros momentos lo puedo negar. “No estaba en mis planes enamorarme más de lo pensado”. Pero, aunque quizás nunca tenga oportunidades de demostrar lo que siento, mirarlo y sentirme de la manera en que lo hago, es algo que pocos desearían no cambiar. Bueno... Enamorarme no era lo que esperaba, pero si pasó, ¿para qué evadirlo?
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