Creo que lo que nunca pude comprender es que, a pesar de todas las rabietas que hemos tenido, nuestros momentos fueron mucho más que significativos. Es decir, siempre nos tuvimos el uno al otro, por lo menos, en su gran mayor parte... Mientras quizás hay otros, que a decir verdad, no tienen tiempo suficiente para compartir sus sentimientos, para expresarse mutuamente y relatar sus historias a la par. Debo admitir que derramo lágrimas en su honor de vez en cuando, pero no es más que por el simple hecho de que anhelaría poder abrazarlo una vez más. Y como muchos de mis amigos me han preguntado "¿Prefieres abrazarlo, hablar con él, antes que besarle, tocarlo una vez más?" Y bueno, nunca me canso de contestarles que un abrazo de él, puede significar mucho más que su literal descripción. Puedo agradecer a la vida, a Dios, que en su momento sonreí junto a él, que compartí una mirada hacia el horizonte y que pude comprender que su anhelo, era estar junto a mí. Aunque ya no sea de tal modo, tengo la certeza de que algún día lo fue. Algún día, su sonrisa llevaba mi nombre, y puedo decir, que eso es lo que me hace pensar que la vida brilla a pesar de estar envuelta en oscuridad. Que a pesar de que vivimos en un mundo lleno de ilusiones, el amor, tarde o temprano, se escapa hacia la realidad y logra triunfar, que a pesar de las falsedades, de los engaños, de las mentiras, quienes se quieren de verdad, pueden lograr que el tiempo se detengan, pueden lograr todo aquello que nadie más ha logrado. Quizás, algunos pierden el tiempo en la espera, se encuentran aguardando su otra mitad por siempre, sentados en la playa, observando el atardecer y sintiendo como la arena toca sus pies descalzos. Puedo decir que así me encuentro hoy yo, aguardando su regreso, dormida en el silencio de mi boca y expectante ante la idea de volver a sentirme de él. Se podría pensar que debería sentirlo al revés, que estoy a la espera de volver a sentir que él es mío, pero la verdad es que yo lo último que busco es que él sea la propiedad de alguien... Lo único que anhelo es saber que él es libre, que toma sus decisiones sin tener en cuenta las opiniones y deseos de los demás, sino que decide por si mismo y toma el camino que más feliz lo hace. Por eso, ahora estoy como estoy: observándolo crecer junto a otra persona, que no soy yo. Debo admitir además, de que en su momento creí que lo hacía por simple rebeldía, porque creía que era lo que todos deseaban ver. Pero con el correr de los días y las manecillas del reloj, pude comprender que lo que él estaba haciendo, no era más que ser feliz. Y a pesar de que doliera, su felicidad, me hacía sonreír, a pesar de que doliera verlo tomar la mano de otra que no fuese yo, debía dejarlo seguir. Debía dejar que su corazón fuera todo lo que yo en verdad, deseaba para él. No debo entrometerme en su camino, tan solo por mi felicidad, sino que debo dejarlo elegir, debo dejarlo libre. Y aunque ahora se pueden notar unas pequeñas lágrimas saladas en mis mejillas, puedo jurar que, a pesar de que ya no sea nada como antes, a pesar de que ya no sienta nada por mí, aún mi corazón late en su honor, aún mis sonrisas se las dedico, aún puedo decir que vivo por él. Y aunque parezca demasiado cursi, demasiado fantástico, no lo puedo negar. No puedo negar que es él quien neutraliza todos mis sentidos, quien hace brincar mi corazón, es él quien produce una gran fiesta en mí. No puedo negar, que quisiera tenerlo acá, mirarlo a los ojos y susurrarle al oído: "Nunca me abandones". Y quisiera que al escuchar esas palabras, él pudiera comprender, que a pesar de dejar de sentir algo por mí, es cuando yo quiero que me acompañe tan solo como un amigo. Porque quizás, él haya dejado de sentir un amor hacia mi persona, pero si yo soy la que continúa a la espera de su mirada, quiero que él no me abandone en los momentos en que necesito una palabra de corazón.
With love, J
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